El destino te coge en volandas sin dejarte acabar lo que estabas emprendiendo, te sienta en su despacho a solas junto a otros que han tenido la misma suerte que tú, te señala con el dedo índice y despues cierra el puño y te golpea.Caes.
Es así de cabrón, vivimos subyugados a él, bajo la limitación que nos dispone.
La existencia la mide una balanza donde él ríe y tú al otro lado lloras, y pesa tanto que se queda abajo y te deja arriba, inerme, aterido y la acrofobia no te deja volar.Y confías en que algún día llegue el equilibrio y la existencia y tus ganas de llorar pacten abrazo eterno.
Puedes presentar cualquier denuncia por escrito, reclamar tus derechos de ser vivo condicionado, patalear, llorar, buscar lo brazos de papa.
Es igual, eres la misma hez.
Giro el cuello hacia la ventana y veo que la vida corre a la misma velocidad que antes, el semáforo alcanza el color verde y permite el paso de lo coches, el asfalto tiene el mismo color, las hojas de los árboles estan cambiando a verdes, amarillas, pardas.Una mujer sacude la alfombra por la ventana mientras escucho abrirse cierre de la papeleria de la esquina y el Sol comienza a salpicar de amarillo las fachadas de ladrillo naranja.
Todo sigue su curso.