La frecuencia de mis bostezos parcela el tiempo en arrítmicas fracciones de decenas de segundos.
Estoy en clase.
Enciendo el cacharrito que me lleva a cualquier mundo que no sea este ; la métrica de Lullaby se cuela por mis oidos , que en ondas diferentes y asociadas , me llevan a un coche , de copiloto , ahora palmeo mi indice y corazón contra la rodilla apoyada sobre la guantera y entretanto el pie contrario de mi neumática suela izquierda hace lo propio sobre la alfombrilla.Sobre mis piernas se apoya un mapa de carreteras Del Pais De Nunca Jamás y un cheque nominativo para la entrada de un piso alli.
El paisaje , rozando lo desértico , reune casi todas las cualidades del gualda y contrasta con cientos de tirabuzones que divergen sobre tus hombros y el bronce de tu piel.
Tu hundes el pie en el pedal derecho y atras quedan los pueblos que nunca visitamos , que siempre dejamos para después , cuando dinero y tiempo lo pidan al unisono en un solo grito.
Ahora hemos detenido el coche en una recta de la carretera de doble sentido por la que avanzábamos y esta , a lo lejos , solo pretende crearnos ilusiones ópticas a pie de asfalto.
El sol asomó la cabeza timidamente entre mil nubes negras que cubren este páramo deshabitado y ha sonreido al ver con que ahinco y sincronía nos hemos quitado los zapatos.
Cuidadosamente hemos subido al capó del coche y mientras bailamos , tu cantas y ries y yo hago la musica a golpe de chasquido de dedos , el viento huye entre tu pelo y tras el , carcajadas que mi boca canta.
Al rato nos tumbamos en el techo y tu desdoblas sobre nosotros una leve manta que has sacado del maletero y bajo ella tu te enroscas en mi como un gato mimoso.
Nos dormimos.
Más tarde no me alerta un claxon detras de nosotros , era el timbre ; final del recreo.
Lo dicho , estabas tan bonita esta mañana......