A veces asirse a un humano es comparable a no poder contar las decepciones con los dedos de las manos, como querer llegar a alta mar desde una piscina, esta noche no me pidas aventuras, no se si es la luna pero algo me sugestiona a pensar que debemos amordazar nuestra impaciencia.
Contigo no se si floto o me elevo, pero me siento liviano y me aterra la ausencia de mis pies en el suelo.
Subyuga mi miedo.