Siempre perdiendo el tiempo:
Al poner la fecha en las hojas, al pegar mi piel contra otra piel, tambaleandonos, tratando de postergar la tristeza o el tiempo, para no entrever la mentira de unos dias estupidos que pasan mientras se que no tengo nada, que aún no soy nada y que algo grande se estará desvaneciendo mientras no lo busco. ¿ Donde está la otra vida que quiero? No sé bien si se quedó atrás o si seré capaz de fabricarla mientras aparto a manotazos las piedras que me tira el presente con la que nunca construiré nada después.
Palabras llenas de verdad, quizás incoscientemente hiladas entre si: Mierda, tiempo, horrible, pasado, futuro, anhelo, ser, vida, abrazo, dolor, ganas, fin, del listado de miserias.
Si describiera la palabra miedo encontraría entre sus acepciones tus manos, en una curva cerrada tomada a 75 km/h, a pasarme la vida llorando por dentro, encharcando mis pulmones de una vida que no respira, que expiró en algun retazo del tiempo, anoxia, necrosis corporea, muerte celular.
El miedo también se me aparece representado en la conjunción ausencia y tiempo, en necesitar, o en la indeseada e incontrolable pretensión de poseer y pertenecer.