Alguien ha visto suspendida en el aire una medusa enorme.
Dicen que solo quedan ratas y cerámica, y la gente desde el suelo tiene la mirada perdida en la cortina de humo negro que los abraza desde/en el cielo.
Ya no quedan mentiras para sostener un presente apuntalado.La calle respira descanso, como casi todo.
El eco del silencio, en su afán de protagonismo, pugna con tedio con la palabra inerte y -si me lo permiten- paz.
Como la paloma que sostiene con el pico una rama de laurel, todo es blanco.Nuclear.