Es fácil apreciar el color a lava de los párpados cuando cierras los ojos en un día muy soleado ; él lo sintió así.
Tumbado en decúbito supino , apoyaba la cabeza en el césped y movía el astrágalo derecho ritmicamente con la precisión de un saltador de longitud.
Sentía el cosquilleo de lo tréboles en su nuca y se divertía imaginando como debía ser la vida cientos de kilómetros debajo de su dorso , en el subsuelo de la tierra , a merced del tridente del diablo.
De cuando en cuando , abría los ojos y contaba los pájaros que migraban del Oeste al Este con la mano izquierda y los que danzaban de Norte a Sur con la derecha.
No solo hacía esta estadística , también rellenaba los huecos de su tiempo imaginando utilidades a las imposibles y caprichosas formas de las nubes y a la vez , las seleccionaba en tres categorías : Negras , grises y blancas.
A veces regresaba de ese mundo cuando sus ojos chocaban con la contaminación visual del aluminio de los marcos de las ventanas y el barro cocido de las tejas del último piso.
Se decía que era horrible recordar el mundo en que vivía .Soplaba una brisa que avivó su deseo de la llegada de un viento capaz de alejar sus mundanales miserias.
Pronto supo que la clave era saber convivir con ellas.